Translate

viernes, 12 de octubre de 2012



 LA GORDA, LADY GAGA Y EL GOBIERNO DEL CAMBIO 


No sabía cómo empezar mi regreso al blog, y en este mismo momento antes de escribir la palabra que sigue, tan poco sé cómo. Lo que sí sé es cómo terminarlo: fácil, poniendo un punto o puntos suspensivos.

Se fue dibujando como en cámara lenta, después se le fue aplicando el color que corresponde, llenándose de materia, a veces fecal y a veces de oro que, una vez mezcladas éstas, su resultado era o es oro con olor a mierda. Luchó por ser, menos mal que nunca fue, una especie de líder de la región pero más afligido por golpes y porrazos vecinos que por vocación de líder… dicen que las balas chafarotas le asustaban tanto que se llenó de lobos y ahí quedó la cosa. Lo más estúpido del proceso de dibujar fue aquello del portuñol y el espanglish, de negro y de barbudo, de obrero y de activista y… nada más alejado de la realidad y negando al loco del sur y al loco de verde porque eso trae malas amistades, malos consejos y muchos amigos neo-nazis  Pobre loco, dije yo y mis amigos me reprendieron por blasfemo: el cambio viene, me gritaban y yo les respondía amablemente que el problema de los calzones es que se cambian pero siempre soportan las mismas partes hediondas. ¡Que bueno es andar chulón!

Antes de eso, porque ahora es un “eso”, la muchachita era admirablemente visual, con sus machas corporales estéticamente bien hechas, cargada de locura bondadosa. Artista, según los cánones nacionales. Exploradora de lo intenso, de lo fácil, muchos dicen que agradable. Yo nunca lo dije, por suerte. Sus complejos la fueron llenado de comida a todas horas y la maternidad hizo su parte (justificación tardía) pero el entorno hacía lo propio… en el cerebro de ella… y lo que antes era belleza ahora era lo más horrendo y desagradable del planeta. Pobre gorda, decían. Yo, simplemente le dije amiga alguna vez pero ahora me refiero a ella como “la ballena musicalmente amargada”.

Primero vi el vídeo y me llamó la atención la extravagancia y el chucho de la misma raza que los míos. Después vi que era exquisitamente sexual, provocadora, conocedora de la música y fanática de Fredy Mercuri. Casi, casi llegó al mismo tiempo a la cima que el negrito a la presidencia (el otro del cambio y el yes güicán) y su fama iba haciendo lo suyo y su arte cada vez más imitado por otras. Esa voz mezclada naturalmente de hombre/mujer y el rumor y el morbo alrededor. Rubia, al fin, se dejó caer hasta lo más profundo de la quietud dinámica, repetitiva, cansina, aburrida. Ya jode mucho que la mayoría de las cantantes tengan que enseñar la papaya para vender discos (salvo la otra gorda, la inglesa, que no hay quién la encuere). La diferencia entre un “éxito” y el que sigue es solamente la peluca que usa, los tacones de travestí pendejo y/o los bailarines tipo alienígenas.

La muchachita cambió: pasó de fea a gorda espantosa. Lady Gaga cambió: sus pelucas no son las mismas en cada vídeo  ni los maridos, ni los amantes, ni los bailarines. Siempre diré que el cambio como lo piensa la gente no es el cambio, que el cambio como lo quería la gente tan poco lo es. No es aquella cosa que muta o se convierte. Yo creo que los cambios son otra cosa, lo que va a significar algo más allá de lo que es perceptible.
Él ha hecho lo que ha querido y no lo que debería haber hecho (que montón de conjugaciones del mismo verbo) y por puro azar si han habido cambios, de los que yo llamo cambios (otra vez la conjugación): pero no es el vaso de leche ni las rubias de las fotos de los paparazzi.
Los cambios para mi es el  irreparable y letal el daño causado a LOS MALOS por aquella visita del presidente del imperio a la tumba de Oscar Arnulfo Romero, porque no visitó el redondel de la vergüenza. El cambio es la sangrante  estocada y perpetua en el tiempo queda  el día universal de la verdad declarado por la ONU sea el 24 de marzo. No lo hizo el presidente porque no es tan inteligentemente conspirativo y a veces coquetea casi como “lady gaga y la gorda” con los malos. El cambio lo hizo la gente a través de la historia, de su historia. Desde la historia de todo un pueblo.